Potencial sexual & Afrodiciacos

Normalmente se acostumbra a definir a ciertos alimentos como afrodisíacos. Muchos de ellos tienen un valor histórico y ha lo largo de la historia se los ha considerado potenciales sexuales. Comúnmente se considera que ciertos órganos sexuales de animales tienen sustancias afrodisíacas, y se ha descubierto que en la antigüedad se pensaba que al consumir estos alimentos que representaban los genitales masculinos y femeninos, se iba a tener mayor vigor, excitación, deseo sexual y energía.
Existen varios tipos de afrodisíacos pero se ha llegado a la conclusión de que estos son relativos a la imaginación y creencia de las personas, ya que científicamente se ha demostrado que no existen reacciones que inciten directamente el deseo sexual. No cabe dudad que el buen alimentarse nos provee de energía de manera general y en ciertos casos nos permiten un mejor desarrollo de las hormonas sexuales.
Algunos ejemplos de afrodisíacos son:

Espárragos: por su forma fálica
Almendras: Se dice que su aroma induce pasión en la mujer.
Guineos: Por su forma fálica y por sus vitaminas y potasio que ayuda en el desarrollo de hormonas sexuales.
Aguacate: Para los aztecas “Ahuacualt”, literalmente significa árbol de los testículos.
Ostras: Se asocia con el genital femenino y en para los romanos era un alimento rico en proteínas.

Por lo tanto la alimentación, ahora como en la antigüedad, juega un papel importante, pero el caso de ser o no ser afrodisíaco queda bajo las costumbres de cada grupo social. Por ejemplo en Corea, Filipinas, China y otros países se considera que la carne de animales domésticos torturados (El vídeo adjunto contiene imágenes fuertes y perturbadoras) es un afrodisíaco, lo cual es totalmente inaceptable en otras sociedades donde los animales domésticos son muy queridos y atendidos.
Es importante considerar que los afrodisíacos son alimentos que de acuerdo a nuestras creencias y fantasías, pueden proveernos de deseo y energía sexual, pero siempre y cuando no lleve esto a maltratar y alterar la naturaleza, como en el caso de la carne de perros torturados u otros animales.